Presentamos el ensayo ganador del tercer lugar en nuestro I Concurso de Ensayos Bastiat, celebrado en el mes de junio del año 2018, cuyo autor es Adaelizabeth Guerrero, titulado Conocimiento y Libertad

Conocimiento y Libertad
La Libertad, comúnmente es una expresión que se asocia al hecho de no estar enclaustrado, recluido bajo un encierro o ser objeto de servidumbre, toda vez que desde el origen de la humanidad, la libertad es concebida como el derecho natural de obrar -o de evitar hacerlo- en el ejercicio de nuestra voluntad. Pero, darse cuenta de que la comprensión del significado de libertad, parte de profundizar en el sentido de su origen, en el preludio de los pensamientos y sentimientos que construyen nuestros propósitos durante el tiempo de vida, esa es la razón del presente escrito.
La trascendencia de la palabra Libertad en el orden social actualmente tiene una concepción sesgada, indeterminada y mal entendida de esta expresión tiende a generar un sentido vago de la misma, una sensación de lejanía, ante la falta de claridad de aspectos como la iniciativa individual y asunción de responsabilidades. Clamar libertad requiere de una consciencia que se asuma como protagonista de emplear las luces y talentos individuales al servicio del colectivo, por ello, las causas más nobles giran en torno a la libertad.
En este orden de ideas, encontramos que el Estado a través de la administración de un gobierno establece un sistema jurídico de derechos y deberes bajo un imperio de ley, entendiéndose como el garante de que se respeten los derechos de unos con respecto a otros. Ahora bien, en sociedades donde la educación está focalizada en resaltar los derechos por encima de las responsabilidades, da la ilusión de que el Estado es el responsable del progreso y bienestar individual que proviene de un acontecimiento externo, y generalmente es realizado por parte del Estado.
En ese sentido, el ciudadano se convierte en un experto en solicitudes al Estado, en virtud de que la educación impartida bajo ese sistema que enaltece los derechos que le deben ser concedidos en el ordenamiento normativo, por encima de las responsabilidades que le corresponden y por el simple hecho de pertenecer a una clase política del país. Si bien es cierto, el Estado funda las bases para crear una administración que tenga como objetivo garantizar la justicia y la seguridad, no es menos cierto que la impresión del Estado proveedor, parte de una premisa sesgada. Ello, en virtud de que la administración o gobernanza de recursos colectivos se originan a partir del esfuerzo individual, es decir, subyace la responsabilidad individual como un catalizador para el crecimiento y progreso socioeconómico, ya que con la intervención de un conjunto de fuerzas individuales produce una importante fuerza colectiva.
La percepción de que el Estado debe ser garante de la distribución de la riqueza, invita a reflexionar sobre los poderes magnánimos de un ente conformado y liderado por hombres sobre otros hombres, lo que quiere decir, que no existe una connotación mística sobre el sentido de imponer o decretar voluntades, vocaciones y talentos intrínsecos que subyacen en la intención de cada ser humano. Lo que quiere decir que, el hecho de decretar iniciativas individuales ya no serían consideradas como tal, sino más bien imposiciones forzadas que violan derechos naturales preexistentes como la libertad, entendiéndose ésta como la capacidad de asumir la decisión de disponer del tiempo de vida terrenal que nos fue concedido, al ejercer acciones que ha bien surjan en la intención personal de cada persona, y que como consecuencia de ello surge el trabajo, y el fruto de éste le pertenece a quien lo trabaja.
Con lo cual, se desprende que la libertad está estrechamente vinculada a la responsabilidad individual, habida cuenta de las capacidades, destrezas, talentos y potencialidades del ser humano que no son susceptibles de ser decretadas por el Estado. Por consiguiente, si bien existe la responsabilidad del núcleo familiar y del Estado de garantizar derechos, como la seguridad y la justicia, se debe tener en cuenta que el ejercicio de éstos genera consecuencias o responsabilidades. La responsabilidad personal parte del interés y voluntad intrínseca de cada individuo al darse cuenta de que sus actos y la administración de su tiempo dependen de sí mismo, así como la necesidad de descubrir sus habilidades y fortalezas a partir de la introspección y autoconocimiento. Cuando esto no ocurre, se tiene la aparente sensación de que alguien más está aprovechándose de la abundancia existente y que le corresponde, siendo un evidente sofisma que pretende justificar la inactividad y ausencia de un esfuerzo individual natural, de encontrar soluciones a los problemas de la sociedad.
Para comprender el origen de la situación presente, debe existir un conocimiento previo sobre la historia, que nos invite a indagar y valorar los eventos que se suscitaron en el inicio de la humanidad y los métodos que se emplearon para la sobrevivencia del hombre. Para ello, los seres humanos en sus orígenes han utilizado los recursos naturales y han empleado su trabajo para hacerse de ellos y subsistir, sus principales esfuerzos los dedicaron a trabajar la tierra y cazar para poder alimentarse y sobrevivir. Así encontramos que, el desarrollo de la civilización tiene su fundamento en la productividad que proviene del trabajo individual de los seres humanos, que fué evolucionando en los intercambios libres y con aspiraciones a ejercer un mayor tráfico de comercio en reciprocidad, a escala mundial y en beneficio de la sociedad como consumidores finales.
En la época de la edad media se dieron los origines del mercado e intercambio comercial con la producción de artesanía, la propiedad agrícola y la manufactura, prevaleciendo los esfuerzos de la mano de obra por encima de la explotación de los recursos naturales. Con la llegada de la revolución industrial en el siglo XVIII se incorporó la tecnología y el capital como factor de producción, a través de la dinámica de los movimientos del capital que se realizaron con motivo del arte industrial, siendo un mecanismo para la contribución y predominancia del flujo del capital que aseguró el desarrollo de la sociedad.
En el siglo XX a raíz del revuelo de las comunicaciones, surge un nuevo factor de producción y tiene su origen en la capacidad natural más valiosa del ser humano, su conocimiento. La genialidad de la mente humana dio origen al intercambio instantáneo de información en el mundo y tiene su causa en las cualidades cognitivas del ser humano, de su capacidad intelectual. Una muestra del valor del conocimiento conjuntamente con la acción, se desprende en las inventivas tecnológicas, un ejemplo de ello surge en Silicón Valley de California[1], donde convergen las mentes más brillantes de la ciencia mecánica. En la era contemporánea de la información, el conocimiento adquiere un significativo interés, siendo la principal razón de la producción de riqueza, constituyéndose como un medio de capital económico en sí mismo, responsable de la evolución, progreso y dinámica mundial.
En la actual dinámica mundial se precisan coaliciones económicas, políticas y sociales atendiendo al fenómeno de la mundialización, que se aleja del error de pensar que unos son mejores que otros, cuando la realidad es que somos seres humanos con características individuales y potencialidades únicas, que se complementan en nuestras diferencias. El sistema universal contemporáneo tiende a un orden integrador y de multilateralismo en sí mismo, en virtud de la aproximación que se produce por la globalización, la semejanza de culturas, costumbres, e idiomas que hace posible un acercamiento político, social y consecuencialmente económico. Por ello, encontramos recurrentes exigencias de ciudadanos en cualquier parte del mundo, demandando sus derechos de desarrollar sus capacidades individuales y asumiendo las consecuencias que ello conlleva, ya que la potestad que subyace en cada individuo de administrar su tiempo de vida, se corresponde con la intención y la responsabilidad de sí mismo. Por ende, su tiempo puede ser empleado en la construcción o destrucción de su proyecto de vida, en la atención de sus anhelos, metas y propósitos que ha bien alberguen en su interior.
La idea de la libertad es que, el individuo pueda desarrollar sus capacidades internas, al articular la intención con la acción propia y latente, que le permite desarrollar la disposición de emprender una actividad desde sus aptitudes y pasiones, al crear el trabajo que sabe hacer en beneficio de las necesidades de su entorno. La libertad como derecho natural preexistente a cualquier otro derecho, en el interés de materializar anhelos de nuestra esencia y naturaleza de condición humana, que nos hace semejantes, con la salvedad de que cada individuo tiene sus deseos, dones, talentos y capacidades especiales que lo distinguen de los demás, y ello nos diferencia en nuestra igualdad.
La educación es el preludio de la libertad porque permite que el ciudadano adquiera conciencia de su responsabilidad individual, y que el ejercicio de acciones pequeñas y aisladas pero constantes, multiplican y generan grandes cambios colectivos, tomando en consideración que los ciudadanos al encontrar virtudes análogas con sus semejantes y enaltecerlas por encima de sus desencuentros, se convierten en agentes de cambio, y en virtud de ello, la libertad deberá ser implementada y respetada por los sistemas de gobiernos. Un ciudadano que ha despertado las luces de libertad, se da cuenta de que la responsabilidad de sus fracasos y éxitos está en sí mismo, y que las normativas no tienen la autoridad de decretar pensamientos, sentimientos, habilidades y aptitudes intrínsecas de las personas, en función de que su labor es defender y auspiciar las libertades individuales que en conjunto se transforman en libertades colectivas.
Los detractores de la libertad sostienen que se trata de una filosofía de vida egoísta e individual de provecho propio, lo que permite inferir que quienes la adversan no han entendido el carácter que requiere el ejercer acciones para concretar anhelos y sueños. En realidad la libertad se basa en la comprensión humanista de descubrir, fortalecer y desarrollar las virtudes de cada ser humano, lo que requiere de un trabajo de autoconocimiento, y de introspección donde no existen las víctimas, ni victimarios, donde solo existen actos y consecuencias que se asumen en base a la tolerancia a los errores, a la resiliencia y la asunción de riesgos como virtudes que permiten avanzar y mejorar respecto a su propio ser.
Las experiencias parten de un error, por ello la pedagogía cognitiva integral parte de la disposición de asumir riesgos, del autoconocimiento y de cultivar la necesidad de cometer errores para templar el espíritu, en ser perseverantes a pesar de las decepciones. La educación académica tradicional en las escuelas no ofrece un sistema de preparación y desarrollo en alfabetización o inteligencia emocional, pese a que es el medio más efectivo para que el niño y adulto puedan potenciar sus talentos, entendiendo los errores como experiencias para mejorar. Reconocer un error es asumir la disposición de superarlo, por ello la importancia de la responsabilidad individual en la que no existan excusas, ni flagelos externos que intervienen para agredir asumiéndose como víctimas encontrándose a merced y requiriendo una ayuda para mejorar su vida, visualizando al culpable de su situación fuera de ellos mismos, lo que producirá que la persona no haga esfuerzos para centrar su atención en la búsqueda de soluciones, ya que sitúa la responsabilidad fuera de sí mismo en el rol de víctima.
Cuando la persona es consciente de que requiere de una serie de rasgos internos de personalidad, como la perseverancia, coherencia y valor para la consecución de proyectos, así como la capacidad de armonizar las acciones con los sentimientos. La correspondencia de las emociones y el pensamiento conducen a la acción, por lo que refuerzan la voluntad de asumirse capaz de cambiar las condiciones externas, tendientes a preservar espacios que permitan ejercer libertades.
El emprendedor tiene la disposición de asumir riesgos que son susceptibles al fracaso, lo que en sí mismo, es una realidad difícil de confrontar y de sobrellevar, en comparación con la dependencia a un trabajo estable, por lo que requiere de métodos pedagógicos de educación. A manera de reflexión, es importante señalar que la administración del tiempo de vida de una persona adulta no es responsabilidad de alguien más, en consecuencia al catalogarse como víctima o victimario es sinónimo de falta de autoestima, lo que deteriora el estado de ánimo de una persona y es perjudicial en el desarrollo de la productividad. Evidentemente hay situaciones o condiciones externas que están fuera de nuestro control y que atentan de alguna forma con nuestros objetivos, sin embargo, el encontrar formas de solución y asumirlos con tolerancia, en miras de salir hacia adelante en lugar de paralizarnos o quejarnos, allí reposa la virtud de cultivar éxitos, a sabiendas de que eventualmente dichos proyectos o sueños pudieran no ser totalmente realizables, pero sin dejar de actuar de forma coherente y decidida en alcanzar resultados positivos.
De acuerdo a lo anterior, el conocimiento integral no puede limitarse a una pedagogía académica, debe trascender a un autoconocimiento orientado a la consecución de objetivos y alcance de metas. En definitiva se basa en emplear una nueva visión cultural y de filosofía de vida con el propósito de desarrollar la vocación e ingenio individual, en el hecho de asumir riesgos y desarrollar la capacidad de trabajar desde los talentos. Da la impresión de que las fuerzas armamentísticas y las legislaciones coercitivas, han sido desplazadas por una fortaleza superior que atiende a los pensamientos y sentimientos de libertad convertidos en acción.
En aras de resaltar la trascendencia del conocimiento como nuevo recurso económico, el intelectual Peter Drucker sostuvo que: “El recurso económico básico ya no es el capital, ni los recursos naturales, ni el trabajo. Es, y lo seguirá siendo, el conocimiento”. (Instituto Peruano de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad de la Educación Básica IPEBA. 2013. p. 21)[2]. El internet funge como una herramienta que ha integrado el conocimiento y la información a nivel mundial, lo que permite pensar y crear libremente, producto del acceso acelerado e instantáneo que proporciona esta red, la cual, es responsable del incremento en el intercambio de lucidez, conocimientos e información, por lo que, se infiere que el despertar de la libertad es a través de la educación.
Es preciso insistir en la educación y en las bondades de las herramientas tecnológicas actuales, que permita difundir el estudio sobre el derecho a la libertad no solo desde su perspectiva teórico- académico, sino también desde su praxis, desde la implementación de pedagógicas cognitivas en inteligencia emocional, en educación emprendedora, y en el conocimiento integral que comprende el estudio básico de sistemas financieros, en conceptos generales. El entendimiento de figuras como monopolios y oligopolios le permite al ciudadano adquirir la comprensión y alcance del proteccionismo y juzgar por sí mismo, sus beneficios y daños, ante los principios de la libertad económica. En función de ello, confrontar el alcance y los beneficios individuales y colectivos, así como las consecuencias en la implementación de sistemas protectores en contraste con los sistemas de libertad, al evaluar el impacto de una mayor inversión doméstica y extranjera en correspondencia con mayores niveles de emprendimiento local en la dinámica socioeconómica de un país.
Es a todas luces el conocimiento el que da las bases de consciencia al ciudadano, en su disposición de razonar y de ser posible replantear los paradigmas e ideas que nos gobiernan, empero a la necesidad de mejorar el entorno, aspirando no solo un impacto de progreso social y económico, sino también ambiental. Para ello, debe existir un esfuerzo individual de profundizar en el conocimiento, en la capacidad de potenciar talentos, aptitudes y actitudes, en el autoconocimiento de sí mismo, ya que solo de esta manera, los ciudadanos podrán ser útiles en la búsqueda de soluciones a las necesidades de bienes y servicios de su entorno, y no solo de tener la pasividad de esperar oportunidades sino de ejercer sus talentos y habilidades para crear esas oportunidades.
El valor del esfuerzo es el camino para construir y edificar las bases socioeconómicas de un país, que permita transformar los principios de modelos productivos y sociales preexistentes hacia un sistema de libertad, que no es más que el poder de ejercer y desarrollar los talentos, aptitudes, destrezas y habilidades aplicadas a la evolución personal, intelectual e integral de cada persona, en base a la introspección. Partiendo de esta premisa, el desarrollo de las competencias personales crea una mayor capacidad de discernimiento en la consciencia social, toda vez que, la unión de muchas individualidades forman una sociedad. Por tales consideraciones y a partir de un cambio cultural, se fundan bases más estables de orden social, al auspiciar al ciudadano a desarrollar sus capacidades intelectuales, sus competencias y actitudes individuales en beneficio del colectivo y de la nación, partiendo del esfuerzo personal de asumir riesgos y ser tolerante ante los errores, concibiéndolos como valores personales, por encima de los atajos o de las actitudes mal entendidas denominadas coloquialmente bajo la expresión de “viveza criolla”.
Cuando una persona tiene la sensación de que la realización de sus metas y sueños dependen del locus de control externo, se asume una posición de victima en la pasividad de un auxilio externo, por lo que, generalmente se tiene la idea de que el Estado a través del gobierno tiene la obligación de otorgar una subvención o asistencia. Esta creencia sostiene que el Estado es el responsable del bienestar de las personas, y la persona necesita del Estado asumiendo el rol de víctima, al considerarse perjudicada por actos que ocurren fuera de sí mismo, por consiguiente el culpable es alguien más, y siendo así, el individuo en lugar de tomar las riendas de la situación, asume una actitud de dependencia y subordinación al “benévolo” Estado.
Mientras exista el sofisma y la demagogia de sistemas de gobierno que deban garantizar la felicidad o bienestar social, los ciudadanos tenderán adoptar una disposición a la dependencia de subsidios o beneficios sociales, lo que genera una subordinación voluntaria a los sistemas de gobiernos populistas. De acuerdo a lo anterior, surge lo que Étienne de La Boétie[3] denomina “servidumbre voluntaria”[4] que a mi juicio significa la sumisión de un ciudadano a un gobernante o tirano, cuyos ciudadanos se sienten víctimas de las circunstancias y se subordinan al Estado, no gobernados sino esclavizados para recibir una dadiva o porción del tesoro público – que lo ha ocupado o intervenido a otro ciudadano y que lo ha producido como fruto de su esfuerzo personal y trabajo- es una subordinación voluntaria a un Estado que se presume benévolo, pero que en realidad mal interpreta el interés personal de los ciudadanos, al decretar privilegios a unos hombres por encima de otros, lo que propicia un sistema populista, donde las personas dispongan cada vez menos del fruto de su trabajo.
…. Por el momento, querría solamente comprender cómo puede ser que tantos hombres (…) no sólo obedecen, sino que sirven, no sólo son gobernados, sino tiranizados, se les ve sufrir las rapiñas, las arbitrariedades y las crueldades que les son infringidas, no por un ejército ni por una bárbara bandería frente a los que cada uno debería defender su sangre y su vida, ¡sino por un solo hombre! No un Hércules o un Sansón, sino un hombrecillo que frecuentemente es el más ruin y pusilánime de la nación… a tal tirano único no es preciso combatirle ni abatirle. Se descompondría por sí mismo, a condición de que el país no consienta en servirle. No se trata de quitarle nada, sino de no darle nada. No sería necesario que el país haga nada por sí mismo, a condición de no hacer nada en su propia contra. Son pues los pueblos los que se dejan, o, mejor dicho, se hacen maltratar, ya que para librarse de ello bastaría con que dejasen de servir. (…) una vez perdida la libertad, todos los males llegan uno tras otro, y sin ella todos los demás bienes, corrompidos por la servidumbre (…) y tales estragos, tales desgracias y tal ruina no os llegan de mano de los enemigos, sino del enemigo, de aquel al que vosotros habéis convertido en lo que es. (…) más bien creemos que al repartir lotes más grandes a unos, más pequeños a otros, ha querido hacer nacer un afecto fraternal e impulsarnos a practicarlo, ya que unos disponen del poder de socorrer mientras que otros necesitan ser socorridos (…) para que nos reencontremos y fraternicemos, y para que se produzca, a través de la comunicación y el intercambio de nuestros pensamientos, la comunicación de nuestras voluntades (…) ¿cómo dudar entonces de que somos libres por naturaleza, ya que somos todos iguales? Nadie puede pensar que la naturaleza haya colocado a nadie en situación de servidumbre, pues nos ha puesto a todos en compañía (…) nadie puede mantenérsele en servidumbre sin dañarle. La libertad es, por tanto, natural…hay tres tipos de tiranos: Unos, reinan por elección del pueblo, otros por la fuerza de las armas, y los del tercer tipo reinan por sucesión de casta (…) resulta increíble ver como el pueblo, una vez que se encuentra sometido, cae frecuentemente en un olvido tan profundo de su libertad que le resulta imposible despertar para reconquistarla. Sirve tan bien y tan voluntariamente que se diría que no sólo ha perdido su libertad sino que ha ganado su servidumbre (…) La naturaleza del hombre es ser libre y querer ser libre, pero fácilmente se acomoda a otra condición cuando la educación le prepara para ello.. subrayado mío (De La Boétie, É.,1576., pp. 2.19)
Las políticas de subsidios generan una sociedad subordinada, conformista y manipulable, ya que, auspicia la actitud en el ciudadano de que necesita de la contribución de un ente externo y su voluntad, creatividad y desarrollo personal es socavado ante la actitud pasiva, de que la responsabilidad del bienestar personal es deber del Estado. Lo verdaderamente eficaz que generan estas políticas es una sociedad de subalternos, donde hay menos emprendimientos, y más dependientes administrativos que justifican la estructura de un gasto público, y la premisa de una fraternidad o asistencia mal entendida, ya que el Estado en sí mismo no produce riqueza, mientras que patrocina un importante gasto público, así como la existencia de controles, proteccionismo y medidas que en definitiva no generan riqueza, por cuanto, la función del Estado a través del gobierno es administrar la existente y quienes aportan en el desarrollo y evolución socioeconómica, son aquellos quienes con ideas y acciones coherentes y perseverantes tienen la voluntad de emprender, invertir y estimular la economía de una nación.
Ante la aparente creencia de que el tesoro público -que administran los gobiernos-tiene el deber de imponer la fraternidad mundial para cubrir las necesidades de quien se asume víctima y – bajo ese estigma- acepta la creencia de que existe un culpable externo de los perjuicios que padecen, al tener la errónea creencia de que un factor externo les induce a cometer errores, es por lo que, generalmente éste tipo de ciudadano se rehúsa y no realiza ningún acto para corregir o rectificar sus acciones o desaciertos, por el hecho de no aceptar su responsabilidad, ya que obedecen a un acto o perjuicio que está fuera de sí mismo. Dicha actitud, resulta favorable para la capitalización del tesoro público, ya que, el Estado al atribuirse la responsabilidad del progreso de cada uno de los individuos que lo conforman, generalmente decreta subsidios o asistencias de protección, y quienes -de forma inconsciente- se sienten víctimas en realidad son victimarios, al constituir la justificación o excusa de la promulgación de un tipo de expoliación legal.
La libertad no admite mezquindades, la libertad en sí misma aspira el desarrollo de los talentos, habilidades y potencialidades de cada uno de los seres humanos, en la asunción de la decisión personal de disponer libremente de su tiempo de vida, al ejercer las acciones que ha bien nazcan en la intención que subyace en su ser. En consecuencia, el fruto de sus acciones, de sus actividades, de su trabajo le pertenece. El esfuerzo personal es un valor que debe ser enaltecido en todos los contextos, partiendo de que el trabajo es un valor que permite materializar las metas y sueños de cada ciudadano, la acción de trabajar requiere del esfuerzo de materializar las buenas intenciones y de administrar su tiempo personal, de disponer de su libertad para construir con sus actos un destino personal.
Mientras exista el estigma de la víctima, no existirá espacio para que los individuos asuman sus responsabilidades individuales, lo que tendrá como consecuencia la necesidad de participación del gobierno en aras de garantizar la fraternidad forzada entre las partes. Es decir, mientras el gobierno esté en el deber de decretar iniciativas “filantrópicas” forzadas, viola la libertad. Lo que no significa que la caridad deba ser condenada, significa más bien que la imposición de una voluntad -que por su condición espontanea, debe partir de una decisión libre y personal- por el contrario al ser impuesta se constituye como una forma coercitiva a la voluntad.
Además de ello, el gobierno al imponer acciones sobre algo que no está a su disposición, suprime su perspectiva de producción, es sin más, forzar actos y voluntades que en su esencia deben ser libres, y que además de ello, deben ser concedidos bajo la satisfacción de la realización personal. Toda vez que, desde el progreso y satisfacción individual se aspira a que el entorno y la sociedad se contagien con la misma sensación de bienestar, ya que las virtudes que se desarrollan en el contexto de sistemas libres, al ser motivo del crecimiento interior del ciudadano e impulso para el progreso de la sociedad, donde insisto, las personas asumen sus responsabilidades individuales y que en conjunto forman importantes fuerzas comunes.
Aceptar la responsabilidad individual es fundamental porque permite asumir la actitud de cambiar y transformar el entorno, donde la resignación no tiene cabida sino las intenciones convertidas en acciones persistentes, son ellas las que pueden transmutar el ambiente que los rodea, por ello, al enfocar las metas y objetivos que subyacen en el interior del individuo, y actuar de forma coherente con respecto a ellas, va a permitir alcanzarlas. Emplear la libertad con la determinación de alcanzar logros, no solo en beneficio propio sino también para el beneficio de la familia, el entorno, de la sociedad, sin hacerle daño a nadie, son las principales características que fundan las bases de la libertad, que no es más que, la voluntad de actuar durante el tiempo de vida que nos ha sido otorgado, es entonces, la libertad la capacidad de asumir la responsabilidad de cada uno, en administrar el tiempo para hacer o no hacer.
Educación Emprendedora, Inteligencia Emocional y Apertura Económica
A principios de la década de los años 80 surgieron una serie de acciones de los gobiernos de Reino Unido y Estados Unidos destinadas a la apertura económica de sus mercados, con la intención de fomentar la inversión privada y foránea. En el Reino Unido los esfuerzos estuvieron liderados por la política británica Margaret Thatcher[5] y por parte de los Estados Unidos, el político estadounidense Ronald Reagan[6], quienes tuvieron en común las ideas de estimular el libre mercado, y de la inversión privada sobre el Estado, quienes compartieron el propósito común de reavivar las ideas de libertad y su inequívoca supremacía frente al colectivismo y estatismo de las ideas socialistas, ya que en sí mismo este sistema socialista profesa una filantropía ficticia ante el sofisma de una presunta ayuda o subsidio desinteresado por parte de sistemas de gobierno que componen al Estado, siendo que éste no genera riqueza sino que sus fines son administrarla e idealmente debería centrar sus esfuerzos únicamente en garantizar seguridad y justicia a sus ciudadanos.
Insisto en la existencia de una caridad falaz, toda vez que en nombre de las ideas de fraternidad humanista e impuesta por los gobiernos que administran los recursos, usualmente generan privilegios concentrados a grupos clientelares, para mantener el proteccionismo, crear controles de precios, obras públicas y subsidios que en definitiva no benefician al colectivo, sino que por el contrario, subvencionan a las tradicionales relaciones clientelares entre el Estado y el empresariado local. Frédéric Bastiat[7] (1850) advertía en el siglo XIX que “no es la solidaridad humana, sino la solidaridad artificial, que no es otra cosa que un injusto desplazamiento de responsabilidades”. (p.14)[8].
Ahora bien, las ideas del liberalismo económico que proclamaban los referidos personajes históricos sostenían que la inversión es imprescindible para la producción, al fomentar la productividad como una variable que impacta en los niveles de ingresos de los trabajadores y propietarios, pudiendo incluso los trabajadores dependientes aspirar por construir sus propios comercios y emprendimientos, al acelerar el desarrollo de las actividades económicas del mercado.
Los detractores de los sistemas de libre mercado sostienen que las políticas socioeconómicas de estas políticas generan una profunda concentración del ingreso, y desigualdad social, toda vez que se asume que la inversión extranjera es una especie de panacea y que sí bien es cierto tiende a reducir las tasas de desempleo y desarrollo de la economía, ello no es suficiente. Por ello, el asumir una actitud pasiva y acomodaticia a la espera de que actores económicos solucionen los problemas de cada individuo, de que alguien más resuelva la situación personal que le aquejan a cada individuo, no es la manera más efectiva de reducir el desempleo o garantizar la ficticia redistribución del ingreso. Dichas creencias ilusorias de que se debe esperar pacientemente la llegada de la inversión local o extranjera para producir y aguardar por una labor subordinada a dichas instituciones o empresas, lo que significa alimentar una actitud de resignación o de víctima de las circunstancias, por lo que, erróneamente se cultivan sentimientos de resentimiento, como posturas perjudiciales en la sociedad y se exacerban demandas de abusos bajo sistemas de explotación laboral, que finalmente desencadenan conflictos sociales, desempleo, entre otros. Al convulsionar la sociedad, da la sensación de que alguien más está aprovechándose de la abundancia existente en un sistema de libre mercado, por lo que el orden normativo debe intervenir e imponer una “justa” distribución.
Sostiene Benegas Lynch (h) que “…en estos contextos, la solidaridad, la caridad y la filantropía resultan degradadas. Se degradan cuando irrumpe aquella contradicción en términos denominada “estado benefactor”. La beneficencia, la caridad y la filantropía se realizan con recursos propios y de modo voluntario. El uso de la fuerza es incompatible con un acto de caridad. El mal llamado “estado benefactor” no sólo reduce los ingresos de quienes podrían haber ayudado a su prójimo sino que transmite la malsana idea de que es el aparato de fuerza el encargado de “ayudar” a los más necesitados, con lo que, como ha apuntado Wilhelm Von Humbolt, muchos tienden a desligarse de lo que hubieran sido bienhechoras inclinaciones naturales para con el prójimo. Por otra parte, quienes reciben ingresos fruto de la coacción resultan disminuidos moralmente o, si no tienen dignidad, se convierten en activistas alegando “derechos” al bolsillo ajeno…” (Benegas Lynch (h), 2001, pp 124-125)[9]
Es una ambigüedad asumir que una actitud pasiva y la ausencia de un esfuerzo individual en emplear el tiempo en construir soluciones, pueda lograr un nivel de competitividad, de estabilidad social o de incentivos empresariales. La inactividad es producto de no asumir la capacidad de influir en el entorno, por ello, surge la necesidad de establecer las bases de la educación emprendedora de forma obligatoria, con el objeto de impulsar rasgos de personalidad que son determinantes y que completan a las aptitudes de la persona, como la autoestima, el valor personal, pensamientos positivos, creativos y la tolerancia a los errores, ya que muchas veces al incurrir en un error la persona lo asume como un fracaso y prefiere no actuar antes de incurrir nuevamente en el “infortunio” del error. La realidad es que una persona que ha fallado o cometido un error tiene la oportunidad de aprender de ello y mejorarse, porque a través de la educación le permite estar consciente de su voluntad de intentarlo, por ello, tiene la capacidad de empezar nuevamente de forma más inteligente.
… la Manchester Academy es un instituto para estudiantes de 11 a 18 años creado por United Learning para «sacar lo mejor de cada uno». Situada en el centro de Moss Side, zona conocida por sus problemas de delincuencia relacionada con armas, bandas y drogas, sus estudiantes son de muy diversa procedencia, muchos de ellos jóvenes refugiados o solicitantes de asilo. La Manchester Academy es un centro especializado en comercio y empresa cuyo objetivo es desarrollar los rasgos emprendedores de los estudiantes mediante una serie de situaciones de aprendizaje formal e informal. Se basa en la premisa de que las capacidades académicas no bastan: los estudiantes precisan también capacidades y aspiraciones realistas para triunfar en la vida y convertirse en ciudadanos productivos. (Dirección General de Empresa e Industria de la Comisión Europea. 2013, p.56)[10]
Es importante señalar que, si bien es cierto el emprendedor necesita de cualidades y valores internos, en su capacidad reflexiva, crítica, y superación de retos, éstos rasgos no determinantes en la consecución de sus metas u objetivos. En razón de que, se requiere de la preparación en conocimientos técnicos y especializados que fortalezcan la organización industrial y estimular planes de negocios. Las políticas de un sistema de libre mercado en el marco del liberalismo económico no alcanzan la imposible perfección, sin embargo, la superioridad con respecto a otros sistemas es incuestionable, tomando en consideración que la competencia estimula la calidad y creación de servicios y productos, así como la movilidad de capitales y personas, que en definitiva favorecen al colectivo, siendo la éstos los consumidores finales.
La educación emprendedora debe partir de profesores que enseñen sobre emprendimiento en base a sus propias experiencias, toda vez que nadie puede impartir luces sobre aspectos que desconoce, de esta manera, la dinámica de visualizar un anhelo y materializarlo en acción es el reto y compromiso que asume consigo mismo el emprendedor, a partir del autoconocimiento, de la disposición a asumir riesgos, vistos como retos y alejándose de la premisa del obstáculo, ya que no existen los limites, excepto por los principios y valores individuales que nos gobiernan, siendo la premisa principal el “no hacerle daño a otro. En ese sentido, en la educación en emprendimiento no existen respuestas correctas, más que el desarrollo de talentos, aptitudes y destrezas en mérito de aportar soluciones a la sociedad. ya que el estudio en emprendimiento se basa en experiencias y es asimilado como un aprendizaje personal, como una filosofía de vida de aprender cada día un poco con respecto al conocimiento integral del día anterior.
La responsabilidad individual es un pilar primordial en el desarrollo de la educación emprendedora, habida cuenta que la afirmación personal, capacidad, talento, creatividad y destrezas de cada ser humano no son susceptibles a ser decretadas por el Estado. Lo que quiere decir, que la voluntad intrínseca y la libertad de administrar el tiempo es una responsabilidad que atañe a cada persona, siendo sus potencialidades subyacentes lo que permite evolucionar, a partir de la introspección y autoconocimiento.
La educación en emprendimiento dispone de instrumentos internacionales, toda vez que países desarrollados, así como países en latinoamérica que se encuentran en vías de desarrollo han emulado la esencia de esta pedagogía cognitiva y lo han adoptado en su derecho doméstico, con el objeto de impartir y desarrollar competencias y habilidades emprendedoras virtuosas no solo a nivel privado, sino que también sea extensible y obligatorio a nivel de las políticas públicas. Únicamente potenciando la responsabilidad individualidad se logra un impacto social, considerando que el desarrollo del individuo favorece directamente a su entorno familiar, y consecuencialmente a su sociedad. Es por ello, que el progreso individual se aleja de una percepción mezquina o egoísta, por el contrario es el camino donde se aprecia el valor del esfuerzo y la asunción de riesgos, como una forma de alcanzar bienestar social, un ejemplo de ello, es que dichas políticas son aplicadas en la mayor parte de América Latina.
Colombia cuenta con centros dentro de sus universidades para desarrollar cultura empresarial de carácter innovador y desde la perspectiva de responsabilidad social, trabajando áreas relacionadas al espíritu empresarial, tales como cultura, creación de empresas, formación de líderes empresariales, educación emprendedora, gestión de empresas familiares y gestión de pymes (…) Perú es un país con una tasa alta de actividad emprendedora, en efecto, múltiples veces considerado uno de los países más emprendedores del mundo, incluyendo en reportes del GEM. En el reporte del 2012, obtuvo una actividad emprendedora total (TEA) de 23%, ubicándose en el tercer lugar, luego de China y Chile que tienen una TEA de 24%, cada uno (…) Perú cuenta con varias universidades cuales imparten desarrollo de competencias emprendedoras, generalmente con la meta de expandirse de forma internacional en el fomento del emprendimiento y la innovación, además de fomentar el espíritu empresarial en alumnos de cursos de empresariado. De igual forma, ha logrado esfuerzos cuales permite a los alumnos explorar ambientes empresariales ambos dentro y fuera del país, cuales ofrezcan la oportunidad de entrevistar con empresarios líderes de la zona, conocer gremios y cámara de comercio de la región. (Sánchez, J., Ward, A., Hernández, B., Florez, J., 2017., pp.24-25)
…Omissis…
En Estados Unidos, según cifras oficiales2, las pequeñas empresas (small business) son el 99.7% de todas las empresas en el país; una cifra bastante parecida a la peruana. La gran diferencia entre las pequeñas empresas norteamericanas y las peruanas es que las primeras tienen una alta productividad y por lo tanto pueden garantizar un ingreso adecuado a sus propietarios y trabajadores (…)Mientras que las MYPE peruanas tienen baja productividad, no pueden garantizar un buen ingreso para sus propietarios y trabajadores, sus trabajadores no tienen beneficios sociales y la mayoría está en la informalidad (…)El sistema educativo peruano en parte hace que este proceso tenga esas características en la medida que no capacita ni entrega conocimientos e información a los jóvenes para crear empresas, de manera que los jóvenes (y en menor medida adultos) se ven obligados a crear sus empresas por necesidad, sin los conocimientos necesarios. (Instituto Peruano de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad de la Educación Básica IPEBA. 2013., pp. 17-19)
El esfuerzo personal y la disposición a sobrellevar los errores son algunos de los valores de la educación en emprendimiento, motivado a que el logro de una meta la cultura del atajo o de la coloquialmente “viveza” son conductas mal entendidas, que no son motivo de orgullo. El emprendimiento es disciplina, es tener disposición al error, sin que ello signifique dejar de intentarlo, es una actitud ante la vida.
Ahora bien, desarrollar la educación emprendedora está estrechamente vinculado a la inteligencia emocional, puesto a que el emprender proyectos que atiendan un asunto o problema social, cultural o económico, sí bien se fundamenta en la contribución individual, dicho aporte debe partir de un ciudadano que se enfoque en sus virtudes por encima de sus defectos, ya que, a partir de sus talentos más virtuosos se produce un beneficio colectivo.
Las capacidades intrínsecas se desarrollan a partir del autoconocimiento, propio de la inteligencia emocional, lo que permite a la persona asumir el rol de conocerse a sí mismo, lo que en sí mismo es un reto, por cuanto la cultura de la sociedad está orientada a mirar y evaluar los errores y actitudes ajenas antes que las de sí mismo, ya que, requiere coraje asumir la responsabilidad individual, porque ello implica tener el valor de descubrir los talentos y potencialidades intrínsecas, que ningún Estado es susceptible de decretar, así como, el asumir la disposición de cometer errores como una forma de crecimiento.
Por las consideraciones expuestas, la inteligencia emocional parte de la obligatoriedad de cultivar el autoconocimiento y los sentimientos como una habilidad, como una forma de desarrollo, partiendo de que los errores son motivo de impulso y aprendizaje, lo que permite continuar basado en la experiencia. Asimismo, se toma en consideración que el coeficiente intelectual y el aprendizaje académico no es una garantía de progreso y desarrollo del individuo y el colectivo, así como tampoco lo es la inteligencia emocional en sí misma, se requiere la convergencia de estos dos tipos de inteligencia, la académica y la emocional para crear en la persona la disposición de emprender y por ende contribuir con su entorno personal.
Los emprendedores son agentes de cambios, por lo que deben tener una alfabetización emocional importante, al reconocer sus aptitudes y sus errores, a manera de trabajar en ellos. El emprendimiento genera empleos, y aleja al ciudadano de la actitud pasiva de esperar por una solución externa, ya que las soluciones parten de su voluntad y pensamientos. La perseverancia es una característica fundamental del emprendedor al estar comprometido con un proyecto de vida, por ende su disposición al estudio es permanente y no finaliza, al reconocer que conocimiento es una herramienta esencial en la vida del ser humano. El desafío del emprendedor es dejar de ser reconocido como un “soñador” para asumir el compromiso de “hacedor”, de emprender acciones y enfrentar desafíos, con la mejor disposición a sabiendas de que construye su pasión.
El progreso socioeconómico está relacionado con la creación de empresas, y para fomentar esta actitud se requiere de la introducción del conocimiento o luces de libertad, que permitan demandar mayor estabilidad política a través de instituciones firmes e independientes, el desarrollo de la tecnología y de potenciar el talento humano. Se debe tomar en cuenta, que se necesita conocimiento pedagógico cognitivo, ya que el emprendimiento no es un camino de comodidad, conformismo o facilismo, por el contrario, requiere de valor y esfuerzo constante, por ende la vulnerabilidad de los inicios de un emprendimiento, el hecho de iniciarlo, en sí, se debe valorar y un eventual fracaso debe ser reconocido como una experiencia valiosa, y para ello se requiere educación y cambio de paradigma cultural de satanizar el error y asumirlo como la necesidad de intentar y persistir, como una forma de crecer.
Las acciones pequeñas y aisladas en su conjunto generan grandes cambios, para ello se requiere de sistemas de gobierno que permita una apertura de libre mercado, y ello está estrechamente vinculado al estado de derecho, la transparencia e instituciones independientes, al incentivar las inversiones de la empresa privada y extranjera. Con ello se fomenta la estabilidad de la economía y de la moneda, además que permite generar un sistema de confianza. Las inversiones extranjeras participan en los sistemas de libre mercado y ciertamente generan una concentración del capital, que para complementarlo, los individuos deben cultivar actitudes y aptitudes, en mérito de la proactividad y estudio especializados e inteligencia emocional, que les permite desprenderse de actitudes pasivas de conformismo y empezar a construir oportunidades desde sus talentos.
En consecuencia, el libre mercado se diferencia exponencialmente del proteccionismo, ya que, el libre mercado es un tipo de sistema que es implementado por los gobiernos como una forma de favorecer e incentivar la producción doméstica, donde los empresarios locales tienen preeminencia al momento de abastecer la economía de su país, mediante la producción de servicios y productos para el mercado interno y se arguye que es un medio de proteger el empleo. Sin embargo, los detractores de estas políticas sostienen que lejos de favorecer al colectivo y al empleo local, se auspician los privilegios de un sector, al incentivar la creación de monopolios y oligopolios que consecuencialmente imponen los costos a los consumidores, debido a la ausencia de competencia.
El proteccionismo, también se caracteriza por el hecho de imponer barreras arancelarias de importación. También se trata de la imposición de restricciones no arancelarias, recargas aduaneras y aranceles punitivos como una forma de proteger el ingreso de productores extranjeros al mercado local, al impedir su entrada de productos, esto es, el proteccionismo del mercado doméstico, es una forma de favorecer las relaciones clientelares entre el Estado y el empresariado nacional.
“…por lo general los países así como los procesos de integración, en mayor o menor medida, tienen algún grado de proteccionismo. Esto es un patrón económico claro, pero no por ello es bueno. Las razones esgrimidas son siempre las mismas: defensa nacional o regional, soberanía, autoabastecimiento, seguridad alimentaria, defensa de puestos de trabajo. Pero más allá de la retórica, la protección interna o externa siempre es para beneficiar a ciertos grupos empresariales a costa de los consumidores”. (Irigoitia. 2014. pp. 12-13)
En rigor, las empresas nacionales que comulgan con las políticas proteccionistas de los gobiernos fungen como las principales aliadas de ese Estado, toda vez que en la cadena de producción del servicio o producto se honra el pago de cargas impositivas que finalmente recaen en el tesoro público. Con lo cual, esta práctica proteccionista impulsa la presencia de monopolios y oligopolios en los mercados, otorgándole de esta manera, preferencia a determinada clase de empresario y por ende se les concede un margen de imposición de los costos al consumidor. Así pues, la protección de los mercados domésticos abastece la producción nacional, y con ello existe disponibilidad de fuentes de trabajo, lo que no siempre se traduce en activación de la dinámica productiva de un país.
Al existir una concentración del mercado por parte de los monopolios/oligopolios internos de un país, se limita exponencialmente las importaciones de bienes y servicios de mercados foráneos. Ahora bien, si bien es cierto que el incremento de importaciones de productos, genera puestos de trabajo donde se ha producido el referido bien y no en el país donde ingresa, no es menos cierto que esta realidad se puede revertir aumentando las iniciativas de emprendimiento de la ciudadanía, a través de la responsabilidad individual.
Se debe destacar que, las bondades del intercambio comercial son mucho más beneficiosas que sus aspectos negativos, toda vez, que se aumenta la oferta de productos a bajo costo, ante la libre competencia del mercado, y beneficia directamente a la población ante la posibilidad de acceder a una mayor variedad de productos y mercado precios asequibles, incrementando la demanda y consumo de la población, aunado a la variedad de productos. Con motivo de ello, es a través de la educación emprendedora que va a permitir adquirir consciencia de la responsabilidad individual de los ciudadanos, en mérito de descubrir sus capacidades y desarrollar la creatividad, innovación en productos y servicios que va a dar origen a un comercio exterior, donde los emprendedores locales tendrán la posibilidad de exportar sus productos, generando un equilibrio entre las importaciones y las exportaciones.
En mi opinión, los escenarios de competitividad se deben valorar como un desafío, que permita hacer mayores esfuerzos en incrementar la creatividad y capacidad de los ciudadanos, al apartarse de la creencia de que el extranjero representa una amenaza y asumir la competencia del intercambio comercial como un reto, de aportar lo mejor de sí mismos empero de ofrecer soluciones a la colectividad. Asimismo, la integración de los ordenamientos jurídicos locales se deben integrar a las normas internacionales, y pudiendo incluso crearse la figura de normas comunitarias a través de un ente supranacional de comercio, que al efecto se cree, aspirando estandarizar los requerimientos legales esenciales en la dinámica de importación y exportación.
Desde mi percepción, la economía de libre comercio es ventajosa porque permite un intercambio comercial fluido, al potenciar el comercio internacional, por medio de la desgravación arancelaria, así como el estandarizar el cumplimiento de las condiciones legales y técnicas. Es una realidad que al aumentar las importaciones se abastece la demanda interna, lo cual, permite a los ciudadanos de obtener productos asequibles, debido al incremento de la oferta, pero además permite incentivar la creatividad y el emprendimiento de la sociedad civil, lo que generará una mayor actividad en el comercio exterior al incrementar las exportaciones, generando un equilibrio en la economía.
Es preciso aclarar que, en la dinámica del comercio internacional, generalmente los servicios y bienes exportados, generalmente no alcanzan a saldar la deuda de importación, es decir, los productos que se exportan no son suficientes para honrar los compromisos de pago de las necesidades de importación. La realidad es que las economías más fuertes son las que perciben las bondades de un acuerdo comercial de forma más expida, tomando en consideración las condiciones de países desarrollados y su capacidad de industrialización, lo que le da mayor ventaja de abastecer el mercado de destino.
En razón de lo anterior, se debe tomar en cuenta acuerdos comerciales previos, que permitan emular lo mejor de los referidos tratados, un ejemplo de ello, es el suscrito entre Ecuador y la Unión Europea, el cual equipara a las naciones a una relación de socios comerciales, lo que le permite un desarrollo estable y sostenido. Habida cuenta la oferta exportable del país latinoamericano, Ecuador, tanto su capacidad industrial como agrícola se ubica en el mercado europeo de la Unión Europea – países con gran poder adquisitivo- con cero por ciento de arancel (0%) y lo que es aún más importante, sus mercados se asimilan como socios comerciales a través del intercambio de productos complementarios.
En conclusión, una apertura económica ofrece múltiples beneficios, ya que los gobiernos al suscribir un Tratado de Libre Comercio establecen incentivan el hecho de que las industrias trasladen la producción a los países con mayor capacidad laboral, promoviendo una inversión extranjera directa, lo que en definitiva, aumenta la libre circulación de bienes y servicios, mayor agilidad de procesos aduaneros, eficaces sistemas electrónicos, y sistemas administrativos estandarizados, con el propósito de agregar valor a entre los actores implicados en las relaciones económicas.
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[1] Silicón Valley de California se denomina la zona sur del Área de la Bahía de San Francisco, en el norte de California, Estados Unidos. En este parque tecnológico, surge alta tecnología de miles de compañías, entre ellas Apple Inc., eBay, Google, Intel o Yahoo.
[2] El Instituto Peruano de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad de la Educación Básica IPEBA. (2013). Educación Emprendedora en la Educación Básica Regular. Primera Edición. p.21
[3] Étienne de La Boétie (1530-1563).Fué un Filósofo, escritor, juez, poeta y moralista.
[4] De La Boétie, Étienne. Discurso de la servidumbre voluntaria. (1576). pp. 1-19. Disponible en: https://www.mises.org.es/wp-content/uploads/2015/07/discurso-de-la-servidumbre-voluntaria-etienne-de-la-boetie.pdf
[5] Margaret Hilda Thatcher (1925- 2013) fué una política británica que ejerció como primera ministra del Reino Unido en el periodo comprendido desde 1979 hasta 1990.
[6] Ronald Wilson Reagan (1911- 2004) fué un actor y político estadounidense, el cuadragésimo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, en el periodo comprendido desde1981 hasta 1989.
[7] Claude Frédéric Bastiat (1801-1850) fué un escritor, legislador y economista francés. Es uno de los pioneros de los pensamientos del liberalismo.
[8] Frédéric Bastiat. La ley. Pág. 14
[9] Benegas Lynch (h), A. (2001). “Entre albas y crepúsculos: peregrinaje en busca de conocimiento”. Edición de Fundación Alberdi. Mendoza. Argentina. pp. 124 y 125.
[10] Dirección General de Empresa e Industria de la Comisión Europea, elaborada por ICF GHK | GHK Consulting Ltd. (2013). Educación en Emprendimiento. Guía del Educador. p.25. Disponible en: https://documentcloud.adobe.com/link/track?uri=urn%3Aaaid%3Ascds%3AUS%3Ae5f8e5ee-40d5-460e-b05a-eebb1bf4a164
Adaelizabeth Guerrero es Abogado, especialista en Derecho Laboral, egresada en ambos grados de la Universidad Santa María, con Diplomado en Derecho Marítimo en la Universidad José Antonio Páez y la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, con experiencia profesional en el área de Derecho de Hidrocarburos, Bilingüe (español- inglés) egresada de la Universidad Metropolitana, motivada en temas libertarios y admiradora de Frédéric Bastiat por sus ideas plasmadas en el libro “La Ley”
2 comentarios sobre “«Conocimiento y Libertad», ensayo ganador del tercer lugar del I Concurso de Ensayos Bastiat”